jueves, 16 de enero de 2014

Madurar

Después de largas meditaciones, he podido concluir que aquello que menos deseé es lo que golpea a mi puerta ahora.
Lamentablemente debo aceptar que las cosas suceden al azar, no tengo mucho que opinar, y la inutilidad de cualquier acción mia quedaría en evidencia al primer segundo.
Vuelvo a considerarme como tan solo un alma más en la infinidad de nuestra existencia. Mi razón de ser vuelve a quedar cubierta por nubes grises que amenazan con lluvia, con una gran tormenta que se llevará todo lo que alguna vez pude anhelar.
Soy solo otra más que creyó que la felicidad duraba por siempre y se decepcionó al saber que aquel sentimiento se rige por la regla "fácil llega y fácil se va".
Ahora podría liberar mi decepción gritándole al mundo que se pudra, pero es mi obligación madurar y solo esperar que el mundo mejore. Tal vez no mejorará para mi, pero alguien más tal vez podría gozar esos cambios.

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